Básicamente
los Keyloggers o registradores de teclas sirven para
almacenar las pulsaciones que se realizan en el teclado. Pueden estar basados
tanto en hardware como en software, pero, como es lógico, los más
extendidos son los segundos. Lo peor es que se suelen utilizar con finalidades
bastantes peligrosas, como la captación de nombres
de usuario y contraseñas. Por
ello, muchos bancos, por ejemplo, utilizan sistemas de teclados virtuales para
introducir estos datos mediante el ratón, pero tampoco son 100% eficaces, ya
que en algunos casos se combinan los Keyloggers
con captadores de pantalla (Aunque esta variedad no está demasiado extendida).
En primer lugar, puedes acceder al Administrador
de tareas y, en la pestaña de Procesos
intentar localizar alguno de ellos que te parezca potencialmente peligroso. No
obstante, los programas antiespía
suelen ser capases de detectar este tipo de intrusos así como los cortafuegos, especializados en detectar
los intentos de conexiones que los Keyloggers
realizan para enviar los datos almacenados al servidor correspondiente. Si
dispones de estos dos elementos correctamente configurados y actualizados, no
deberías tener problemas en este sentido.
Fuentes: PC actual, No. 211, 2008 (p. 179)
Redacción PCA
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