Más costumbres saludables

No basta con duplicar el contenido relevante de nuestro disco, sino que también existen una serie de consejos que nos evitarán muchos disgustos y harán que nuestra relación con la máquina sea mucho más amigable. Por ejemplo, jamás se debe apagar el ordenador de forma brusca. Los sistemas operativos siempre ofrecen una forma adecuada de abordar este proceso que garantiza la integridad de los datos y el correcto funcionamiento del equipo. De lo contrario, es posible que se generen estados inconsistentes, que conducen a pérdidas de información y pueden originar errores en el funcionamiento del PC al nivel del software. En ocasiones, ante interrupciones del suministro eléctrico es inevitable que este apagado brusco se produzca. Entonces, hemos de permitir que el sistema operativo verifique, durante el arranque, las distintas particiones del disco duro, reparando cualquier error lógico que pueda encontrar.

Tampoco debemos desplazar violentamente el PC mientras está encendido. Aunque esto no es habitual, esta operación podría dar lugar a súbitos movimientos en las cabezas de lectura y escritura que, en caso de chocar con la superficie del disco, producirían errores físicos en el plato en cuestión.

En tercer lugar, a la hora de eliminar contenido del PC, tenemos que asegurarnos de que estamos borrando exactamente aquello de lo que queremos deshacernos y no otra cosa. La mayor parte de los sistemas operativos utilizan una papelera o una carpeta en la que conservan los ficheros susceptibles de ser borrados por el usuario hasta que éste decida eliminarlos definitivamente del disco. Es aconsejable verificar que se han seleccionado los ficheros adecuados antes de proceder a su destrucción.